Se trata de la 76, escondida en un laberinto de locales de un centro comercial de Chapinero (Bogotá), en donde unas 3 veces por semana lleguen parejas del mismo sexo para sellar su unión ante la ley.
Así, Norberto Salamanca se ha convertido en una especie de notario de la comunidad gay, pues es el que más uniones libres ha legalizado en el país desde la sentencia de la Corte Constitucional que equipara los derechos de esas parejas con los de las heterosexuales.
Se cumplió un año desde que el alto tribunal protegió los derechos patrimoniales a estas parejas, que según la ONG Colombia Diversa llegarían a 300.000 en el país. Solo deben declarar ante un notario, bajo juramento, que han convivido por dos años o más.
La 76 no ha sido la única que ha avanzado en el tema. La notaría 40 de Bogotá ha hecho 22 trámites desde agosto hasta hoy.
En otras, como la notaría primera de Soledad (Atlántico), han ido una docena de parejas de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena. Algunos llevan anillos, hacen fiesta después del trámite (que cuesta 39.000 pesos) y han firmado hasta capitulaciones.
Temen discriminación:
A pesar de los avances, a un año de la sentencia todavía hay un brecha entre la ley y el cambio cultural. Por ejemplo, según los notarios, casi siempre se exige que el trámite se haga en un lugar reservado de los establecimientos.
De hecho, Salamanca tiene dispuesta una oficina, en el fondo de su notaría, para este tipo de trámites, donde las parejas (ejecutivos y universitarios, especialmente) hacen su ‘ritual’: mandan a timbrar tarjetas, leen las escrituras, firman, algunas se toman fotos y se dan un beso para terminar.
En Soledad los novios han expresado temor: “Algunos exigen reserva porque dicen que pueden perder el puesto si alguien se entera”, dice el notario Joao Herrera.
No ha sido fácil para las parejas ni para el notario. Por llevar a cabo este tipo de trámites, a Salamanca le han escrito cartas en las que le reprochan su disposición porque “atenta contra la moralidad”.
Tanto los funcionarios como abogados coinciden en que hay resistencia en el gremio de notarios para hacer este tipo de uniones.
“Semanalmente se acercan entre 10 y 12 parejas, la mayoría entre 28 y 35 años, para preguntar sobre el trámite. Hay un gran número que llegan aquí después de pasar por una notaría donde se les han negado el procedimiento o les dicen que no saben cómo hacerlo”, afirmó Liliana Giraldo, abogada del Centro Comunitario LGBT en Bogotá.
Sobre esto, la superintendente de Notariado, Lida Salazar, afirmó que en septiembre pasado se expidió una instrucción administrativa en la que los obliga a cumplir la sentencia y advirtió que el que no lo haga será sancionado.
Para Germán Rincón, abogado y activista, ha habido obstáculos en algunos centros de conciliación para liquidar esas uniones, debido a que rechazan hacerlas por ser parejas del mismo sexo. El jurista ya ganó una tutela en contra de uno de estos centros.
La sentencia también ha tenido otro impacto: están empezando a llegar personas de Argentina, Perú, Venezuela y México para hacer el trámite. En Soledad, por ejemplo, dos colombianas viajaron desde España para firmar la escritura.
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Fuente: El tiempo.com
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