¿Debe uno echar a la calle a los homosexuales?

Publicado por Miuler Vásquez en ,
EE.UU., (ORBITA).- Por definición, un cristiano es una persona que practica la constante emulación de Jesucristo. Si es a Cristo a quien emulamos o imitamos, no debemos solamente amar, apreciar y recibir en nuestras casas a aquellas personas que nos complacen o que NO nos caen bien, sino hasta a personas con cuyos estilos de vida no estamos de acuerdo.

Eso no significa que debamos adoptarlos como nuestros mejores amigos, sino que si está dentro de las posibilidades prácticas, debemos acogerlos y recibirlos y tratarlos amablemente. Nosotros, como entes perdonados, debemos, con nuestro comportamiento, ganarnos el respeto de aquellos que todavía no han experimentado el proceso de renovación que nosotros hemos experimentado.

Como consecuencia, no es apropiado que corramos a un homosexual o a una prostituta de nuestra casa de manera áspera.

Sin embargo, si el homosexual viene a su casa a tratar de conquistar a uno de sus hijos o la prostituta viene a invitar a su hija a ir con ella a lugares que usted sabe que no son aconsejables, ¿Acaso nos culparía Dios por tratar de mantener nuestras casas libres de tentaciones y tendencias pecaminosas?

Lo importante de estos principios es ser balanceado. Es importante pedir al Espíritu de Dios que nos guíe en cada uno de estos desafiantes momentos. (Dawlin A. Ureña)