“El juez Ferrín Calamita ha sido víctima de la inquisición gay”

Publicado por Miuler Vásquez en , , ,
El semanario católico Alba retoma la campaña a favor del magistrado homófobo

Todo depende del cristal con que se mire. Por eso, para el semanario católico Alba, el juez Fernando Ferrín Calamita, condenado el pasado mes de diciembre a dos años, tres meses y un día de inhabilitación por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, es una “víctima de la inquisición gay” y no el culpable de retrasar maliciosamente la adopción de una pareja de lesbianas –como dictaminó el órgano judicial-. Incluso, la visión de su “delito” es distinta. Para la publicación, el único pecado de Calamita es “haber dudado de la idoneidad” de las madres –una de las cuales era la progenitora biológica-. “Su duda le llevó a solicitar informes. Y la solicitud e informes a dilatar el proceso de adopción. El TSJ le ha condenado (..) en una sentencia ‘chapucera’ e ‘injusta’ según el propio Ferrín”, proclaman desde esta publicación.

Es el último capítulo de la causa pro- Calamita –plataforma para recoger fondos incluida- a quien ya se viene presentando reiteradamente como víctima del lobby gay.

“El juez de Familia de Murcia Ferrín Calamita ha sido víctima de la ‘inquisición gay’. ¿Su delito? Haber dudado de la idoneidad de una pareja de lesbianas para educar a una niña. Su duda le llevó a solicitar informes. Y la solicitud de informes a dilatar el proceso de adopción. El TSJ de Murcia le ha condenado por ‘retraso malicioso’ en una sentencia ‘chapucera’ e ‘injusta’ según el propio Ferrín”. Así comienza el semanario católico su defensa exacerbada del magistrado homófobo.

Irregularidades
Tras denunciar las supuestas irregularidades en el proceso judicial –por ejemplo, que “todo caso debe explicarse y no hay tal explicación en la sentencia”, o que el juez instructor aceptó “la causa a pesar de no apreciar indicio de delito”-, Alba cita la carta abierta en la que Calamita asevera que su juicio “ha sido ‘político’ y no jurídico” y que ha tenido escasa calidad técnica.

“Presuntos chantajes”

Además, el semanario presenta al magistrado como víctima de “presuntos chantajes”, que, acorralado, empieza a plantearse si son o no constitucionales las bodas gays. “Su conclusión es que no hay dudas de la inconstitucionalidad del ‘matrimonio’ entre personas del mismo sexo. ‘No lo digo yo. Lo dice el Consejo de Estado, el CGPJ, la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación e insignes juristas y ex magistrados del TC’”, citan.

“Inconstitucionalidad” del matrimonio gay

“Pero es en ese momento en el que anuncia que presentará la cuestión de inconstitucionalidad cuando el abogado de las lesbianas, José Luis Mazón, le recusa por ser católico. Obviamente, inadmite la recusación porque la condición de católico no impide el ejercicio profesional ni la independencia judicial. Salvo que, como opina la inquisición gay, los católicos no puedan ser jueces de familia. Una discriminación inaceptable”, aseveran. “La inquisición gay ha logrado su victoria. De momento. Porque el recurso de casación pondrá en evidencia la independencia del poder judicial y nuestro Estado de Derecho”, concluyen.

La Plataforma

Es de destacar que, además de abanderar esta causa, este periódico se hace eco de que la Plataforma pro- Calamita –que pretende recabar fondos y mensajes de apoyo para el juez- ha reunido ya 20.000 euros. “para ayudar al mantenimiento del juez Ferrín, padre de siete hijos sin otros ingresos que los derivados de su ejercicio profesional” –la condena no le exime de cobrar, tan sólo limita su sueldo en un 30%-.

El argumentario del juez

También conviene no perderse el alegato que pronunció Calamita en juicio, una verdadera exhortación católica recogida por Alba. “Una condena sería gravemente injusta, y obviamente la recurriría. Sería una injusticia más, de las muchas que se cometen diariamente en el mundo (ahí está el genocidio del aborto, las guerras que asolan a varios países, la hambruna…). Tengo la conciencia muy tranquila, y eso es lo fundamental. Si pese a ello, y sin duda por motivos políticos, que no jurídicos (pues hasta un licenciado en Derecho sabe que no hay delito) se me expulsa de la carrera judicial, tras agotar todos los recursos legales, lo aceptaré como venido de la mano de Dios. Él a veces escribe recto con renglones torcidos (…). Desde julio de 2007, me he dado cuenta de que iba por mal camino. Ahora sé que el trabajo debe ocupar un tercer lugar, después de Dios y de la familia”.