El matrimonio Gay

No hay mentira más grande que una verdad a medias. Algunos políticamente correctos han puesto el grito en el cielo, ¿que digo en el cielo!, ¿si no son creyentes católicos!, lo habrán puesto en el espacio etéreo, porque Sofía de Grecia, Reina consorte del Rey de España, jefe del estado y titular actual de la monarquía parlamentaria según la Constitución ¿ha opinado!.

Digo que unos/as cuantos/as progresistos/as (¿que gracia me hacen los/as progresistos/as!) se han mosqueado porque doña Sofía se ha mostrado contraria a llamar matrimonio a la unión "matrimonial" de dos hombres o a la unión 'matrimonial' de dos mujeres. Por cierto, que la progresía oficial, periodistas/os (incluidas/os comentaristas/os), no se enteran todavía de que la ley, lo que no hace es distinciones de género o sexo, a la hora de regular el matrimonio. Es decir, los matrimonios pueden ser entre personas del mismo sexo o entre de ambos sexos. Y los primeros no por ello son matrimonios homosexuales.

Puesto que llegados a este punto: ¿los/as políticamente correctos/as se refieren, cuando hablan de matrimonios homosexuales, al contraído entre una mujer homosexual y un hombre homosexual?. ¿O es que estas personas no se pueden casarse entre sí?. Estos/as ilustres/as iletrados/as se olvidan que el artículo 35 del estatuto de autonomía de Andalucía, que se refiere a la orientación sexual (como derecho de todos/as los/as andaluces/zas), dispone que toda persona tiene derecho a que se respete su orientación sexual y su identidad de género.

Los poderes públicos promoverán políticas para garantizar el ejercicio de este derecho. Pues nada, los/as políticamente correctos/as se saltan a la torera lo que dice el estatuto y dan por hecho que cuando dos mujeres entre sí o dos hombres entre sí, contraen "matrimonio" son homosexuales. ¿Y piden respeto a la reina para un colectivo (el de los/as homosexuales/as) cuando son ellos/as los/as primeros/as que no respetan que haya personas del mismo sexo que se puedan casar entre sí sin que por ello sean homosexuales. ¿Dónde está el respeto a la orientación sexual de los/as no homosexuales que se casan con otra persona de su mismo sexo? ¿Dónde está el respeto a la identidad de género de los hombres que se sienten hombres y a la identidad de género de las mujeres que se sienten mujeres pero no homosexuales?.

Después de esta extensa digresión, no me queda más remedio que mostrarme respetuoso con las opiniones de la reina, que aunque constitucionalmente simboliza a todos/as los/as españoles/as (incluso a los/as que no quieren ser representados/as por ella) opina de una forma muy sensata, y no por eso deja de representar a quienes no piensan como ella. Por lo menos la reina, cuando opina no insulta. No como algún alcalde provinciano que también representa a todos/as los/as ciudadanos/as de su localidad, incluidos/as quienes no le han votado, pero que además de usar la libertad de expresión a la que tiene derecho como cualquier español/a (la reina es española) emplean la palabra para proferir denuestos y dicterios. Claro que si solo han leído dos libros (uno de ellos escrito por un expulsado del ejercito en plena democracia) igual no saben que Miguel de Cervantes (sí, hombre el que escribió Don Quijote de la Mancha, o algo así) dejó escrito que el insulto sólo ennegrece la boca del que lo pronuncia.

Por cierto los políticamente correctos no han criticado a la reina cuando -otra vez con mucha sensatez- ha dicho en el mismo libro escrito por dos mujeres periodistas, que lo de la guerra de Irak fue una barbaridad. ¿O es que así sí se puede opinar?

Fuente: http://www.diariosur.es