¿Sí o no al matrimonio gay?

El 4 de noviembre los electores de California aprobaron la Proposición 8 que revirtió el derecho de los homosexuales a casarse en ese estado. El sábado pasado hubo manifestaciones en diferentes partes de la nación de grupos que demandan que la Suprema Corte de Justicia de California revierta la Proposición 8. Aquí en Chicago, unas dos mil personas se manifestaron en solidaridad con los californianos.

Primero habría que determinar qué es lo que quieren los gays y qué es posible lograr. Si no aceptan nada que no sea matrimonio… sí la palabra y el concepto, creo que colocarían la discusión en cuestiones de fe y moralidad, que desvían el debate que yo veo como de equidad de derechos.

Lo deseable es que todos los estados del país cuenten con acuerdos de convivencia de parejas del mismo sexo que les concedan, básicamente, los mismos derechos que un matrimonio heterosexual. Simpatizo con que todo el mundo tenga los mismos derechos. Cambiar el nombre "matrimonio", por "acuerdo de convivencia" obedece a razones pragmáticas. Así se desactiva mucho de la explosiva polarización que generan las palabras: "matrimonio gay".

Los homosexuales no tienen por qué estar impedidos de otorgar los beneficios sociales y legales a sus parejas que los cónyuges heterosexuales dan. ¿Por qué un esposo heterosexual puede compartir sus beneficios laborales, como un seguro médico, pero los gays no?

Aquí le va un caso que quizá le llegue más. Yo inmigré a este país con una visa de estudiante y recientemente adquirí la ciudadanía estadounidense. Si me place, puedo casarme con una novia mexicana (que viva en México) e iniciar el proceso para que sea residente permanente. Mi caso nadie lo cuestionaría.

Ahora el otro lado de la moneda. Tengo un vecino estadounidense que nació aquí. Ambos somos ciudadanos, él por nacimiento y yo por naturalización. Sin embargo, él quisiera poder "arreglarle" los papeles a su pareja, un francés con quien tiene una relación de 10 años. ¿Sabe qué? El ciudadano por nacimiento (gay) no puede comenzar el trámite migratorio por su pareja, mientras que yo siendo naturalizado lo puedo hacer por una novia extranjera cuando me dé la gana.

¿Por qué un ciudadano naturalizado puede reclamar derechos ante Inmigración, mientras que un ciudadano por nacimiento, por el hecho de ser gay, está impedido? ¿Por qué yo que recibí mi pasaporte de este país hace menos de 6 meses tengo más derechos que alguien que tiene un certificado de nacimiento aquí? Esto es discriminatorio.

Para mí la discusión no es moral ni religiosa, en esos campos respeto lo que cada quien tenga en la cabeza y el corazón. No obstante, así como en mi trabajo en este diario defiendo que a los latinos se les provean las mismas oportunidades que a otros grupos, y demando que los indocumentados no sean condenados a ser residentes de segunda clase; con esos mismos principios me parece reprobable que alguien por tener una preferencia sexual distinta a la mía, o a la de usted, tenga menos derechos civiles y legales.

Los acuerdos de convivencia son la respuesta para que los homosexuales tengan los mismos derechos. Y sobre lo que al "matrimonio" respecta, que piensen que con cualquier titulo legal o sin él, el amor y el respeto en una pareja es lo que importa. Que no conviertan una lucha por un trato equitativo en una tormenta política pues, al final, puede naufragar sin darles los derechos que les corresponden.•

Derechos Civiles

Fuente: http://www.hoyinternet.com