La televisión sale del armario

Los personajes homosexuales se incorporan en igualdad de roles a las series españolas y las tramas ya no giran sólo en torno a su orientación sexual

Entre el personaje de Andrés Pajares en 'Tío Willy' (1998) y el de Javier Calvo, Fer, en 'Física o química' (2008) ha pasado algo más que el tiempo. En esos diez años, la ficción española ha evolucionado junto a la sociedad -incluso a veces se ha adelantado a ella- y ha convertido lo que antes era un tema tabú en centro de muchas de sus tramas. Hoy, la televisión ha salido definitivamente del armario e incorpora personajes homosexuales en la gran mayoría de sus series. Y, lo que es más importante, en igualdad de rol con el resto del reparto. «Ya no aparecen como rareza sociológica, sino como una realidad cotidiana», explica Juan Carlos Alfeo, profesor de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y coordinador de un grupo de estudios de Género y Representación audiovisual que analiza este tema.
Pero no siempre ha sido así. «Antes estaban muy estereotipados, metidos en un mundo oscuro y con papeles de malos», explica Jesús Generelo, coordinador de Educación de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). Fue en los años 90, con el 'boom' de la ficción española, cuando los personajes gays empezaron a ocupar espacio en la pequeña pantalla, aunque con apariciones esporádicas en series como 'Médico de Familia'. Formaban parte del argumento de uno o varios capítulos, que giraban casi exclusivamente sobre la tendencia sexual del artista invitado.
Habría que esperar hasta 1998 para que una productora española -Prime Time- apostara por una serie protagonizada por un homosexual: 'Tío Willy', que se emitió en TVE en horario estelar. En ella, Andrés Pajares encarnaba a un gay que volvía a España después de vivir durante 25 años en EEUU por sentirse rechazado en su país.
Fue pionera en su momento, pero la perspectiva del tiempo permite apreciar el salto dado por la televisión. «Era el estereotipo del amanerado, con una imagen más propia de los años 70 o 80», asegura Alfeo. Además, la televisión no se atrevía aún a mostrar la realidad de las parejas del mismo sexo. «Dormían en camas separadas», recuerda Generelo.
Mayor visibilidad
En cualquier caso, 'Tío Willy' rompió el hielo. Un año después, la popular serie juvenil 'Al salir de clase' arriesgó al incorporar a Santi, un joven homosexual interpretado por Alejo Sauras que se convertiría en el primer adolescente de la ficción española que admitía su orientación sexual. «Pero el asunto se trataba aún tímidamente y, hasta varias temporadas después, no se le conocían relaciones sentimentales», explica Generelo.
El gran cambio estaba por llegar. Con el nuevo milenio, la visibilidad de este colectivo creció: de papeles secundarios, pasaron a coprotagonistas; y de tramas centradas en el rechazo social, a argumentos independientes de la condición sexual.
Diana, la lesbiana a la que daba vida Anabel Alonso en 'Siete vidas', abrió el camino. «Fue fundamental, porque era un personaje entrañable», cuenta Generelo. Las situaciones cómicas o dramáticas derivaban del personaje en sí y no de sus preferencias en la cama. Además, por primera vez era una mujer la que salía del armario en la ficción española y acababa con el tópico de «lesbiana hombruna»: era atractiva y coqueta.
En aquel momento, «las lesbianas pasaron de no existir en la ficción a coprotagonizar una serie, mientras que los hombres gays llevaban años con apariciones episódicas», analiza Alfeo. En su opinión, esto se explica en la diferente manera en que se han socializado ambas cuestiones. «El hombre siempre ha estado más próximo a los mecanismos de poder de representación», argumenta.
Otras series tomaron el testigo y fueron más allá. Mauri, de 'Aquí no hay quien viva', supuso un antes y un después. Y es que, aunque Diana tenía relaciones, la convivencia, el día a día abordado con naturalidad, se resistía en la parrilla. El personaje de Luis Merlo consiguió superar esa barrera. «Muestra una cotidianidad homosexual que no se había visto antes, y en igualdad de rol con el resto del reparto», observa el experto de la Universidad Complutense. Mauri vivía con su novio Fernando (Adriá Collado) en la alocada comunidad de Desengaño 21 y era frecuente verles gestos de cariño o simples discusiones en la cama, como una pareja más. «Era el colofón. Bromeaba de la homosexualidad y, aunque tenía mucha pluma, a nadie le importaba. A los niños les encantaba», recuerda el coordinador de Educación de FELGTB. La historia se fue ampliando y, «viendo que funcionaba», los guionistas decidieron incorporar a una lesbiana que, en su afán por ser madre, tiene un hijo con Mauri.
Giro en 'Hospital Central'
Casi al mismo tiempo, la trama de 'Hospital Central' daba un giro inesperado. Maca (Patricia Vico) llega al centro médico como doctora y entabla una relación más allá de la amistad con la enfermera Esther (Fátima Baeza). Su intensa historia de amor les valdría el afecto del público y premios entre el colectivo homosexual. «Queríamos hacer una labor de integración, que fueran personajes llenos de matices y que la homosexualidad fuera sólo uno de ellos», explica Jorge Díaz, coordinador de guionistas de la serie de Videomedia. Era la octava temporada de la exitosa producción -aunque la idea les rondaba por la cabeza desde la tercera- y Díaz dio a su equipo las claves de lo que buscaba: «una comedia romántica sin dramas, problemas o reivindicaciones entorno a la homosexualidad». Una historia más.
'Hospital Central' ofreció a la audiencia la primera boda entre lesbianas tras la aprobación de la ley que regulaba el matrimonio entre personas del mismo sexo. Poco antes, Diana había protagonizado una unión en 'Siete vidas' con una mujer militar, una especie de simulacro puesto que la normativa aún no contemplaba esa posibilidad. Eso sí, 'Siete vidas' tuvo el acierto de integrar en su guión un debate abierto en la sociedad.
La televisión se había instalado ya cómodamente fuera del armario. Desde entonces, contar con un personaje gay fijo en plantilla parece imprescindible en las series. Lo tuvieron 'Los Serrano', y más recientemente 'Yo soy Bea', 'Los hombres de Paco', 'Aída' y 'Física o química'. Estos dos últimos títulos, además, centrados en adolescentes.
Así, el pintoresco barrio Esperanza Sur no sería lo mismo sin Fidel, el intelectual hijo del tendero que no oculta su amaneramiento -pese a las burlas de algunos- y admite su atracción hacia Jonathan, el vástago de Aída. «Es una reformulación, para su integración narrativa y sin complejos, del estereotipo más tradicionalmente asociado a la homosexualidad, como si desde la televisión nos dijesen: el que quiera ser alocado, también tiene su hueco en el grupo», explica Alfeo.
'Física o química' (Ida y Vuelta Producciones) también ha roto moldes con Fer, un joven estudiante cuya homosexualidad se hace pública en el colegio. A partir de entonces, la trama aborda el descubrimiento personal de este adolescente y sus primeras relaciones con chicos. «Puede ser un referente importante para muchos jóvenes», señala Carlos Montero, creador de la serie. Desde el principio, Montero tenía claro que ese personaje tenía que formar parte del reparto fijo. «También me hubiera gustado incorporar a un profesor gay, pero ya me parecía demasiado. Quizá para otra temporada», apunta.
Un reflejo de la sociedad
Pero, ¿por qué este cambio en la televisión de hoy? Guionistas y creadores de series mantienen que el objetivo es únicamente «reflejar todos los roles de la sociedad». «Más del 10% de la población española es gay, lesbiana o transexual. Hacía falta hacerlos visibles», explica Carlos Montero. Y niegan que la meta sea ganar audiencias. «Al contrario, luchamos por incluirlos porque aún hay cierta reticencias», admite el creador de 'Física o química'. «Cuando incorporamos a Maca no lo hicimos por ganar espectadores, no nos hacía falta; simplemente era una de las muchas historias que se podían contar en 'Hospital Central'», añade Jorge Díaz.
Todavía, no obstante, queda mucho por hacer en la ficción española. Productoras británicas y norteamericanas van un paso por delante y crean series protagonizadas exclusivamente por personajes homosexuales con una gran aceptación entre el público, como 'Queer as folk' (emitida en Cuatro) o 'L World'. En España, las únicas apuestas en este sentido se han hecho en producciones para Internet, como 'Lo que surja', 'Apple' o 'Chica busca a chica'. ¿Darán el salto a las cadenas generalistas? Como todo, es cuestión de tiempo.