Calamita frenó la adopción de una niña por su "compulsión homófoba"

"Al juez no le gusta lo que dicen y quiere que digan lo que quiere oír: que el matrimonio homosexual es dañino para la niña porque así lo ha decidido él, diga lo que diga la ley". El juez de Familia de Murcia Fernando Ferrín Calamita retrasó conscientemente la adopción de una niña por un matrimonio de lesbianas. Lo hizo, además, guiado "por una auténtica compulsión homófoba", según la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, que lo condenó ayer a dos años, tres meses y un día de inhabilitación, así como a pagar 6.000 euros de indemnización a la pareja denunciante.

La sentencia recuerda que en los procesos en los que uno de los cónyuges solicita la adopción del hijo biológico de su esposo o esposa -la niña fue concebida mediante inseminación artificial- no se necesita procurador, a pesar de lo cual, Ferrín lo exigió "bajo la amenaza de archivar el expediente", según la resolución.

Los magistrados -Julián Pérez-Templado (presidente), Abel Sáez Doménech y Enrique Quiñonero- tampoco entienden la investigación realizada por el juez sobre si la abogada de la pareja lo era realmente o el nombramiento de un defensor judicial para la niña "con el peregrino argumento de los intereses contrapuestos de madre e hija".

Con esa decisión, dice la Sala, el juez se olvidó de la patria potestad de la progenitora que le fue "injustamente arrebatada para esta decisión fundamental para la niña" y "despreció" los preceptos de la Ley de Protección Jurídica del Menor y del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal que otorgan a esta última institución "la defensa de los intereses de los menores", recuerda el tribunal.

Tras esa orden, una psicóloga y una trabajadora social del Servicio de Protección de Menores de Murcia concluyeron: "La menor, de 14 meses, se desarrolla feliz y sanamente en un ambiente feliz y adecuado, donde satisfacen sus necesidades físicas y emocionales". El documento también recogía que la niña mantenía "una actitud abierta y receptiva con ambos miembros de la pareja". "Se muestra feliz, contenta, corretea, balbucea y ríe durante toda la entrevista", dijeron las funcionarias.

Pero, entonces, el juez da un paso más y, mediante providencia, pregunta a la psicóloga coautora del informe sobre "la influencia sobre la menor de carecer de figura paterna y tener dos maternas", "la probabilidad de que la menor salga homosexual visto el ejemplo" y sobre el "derecho del menor a ser insertado en familia 'normal". "Basta la lectura [de esa resolución] para llegar a la convicción de que el señor juez obra actuando por una auténtica compulsión homófoba" lo que, según los magistrados, "ha de tener una indudable trascendencia penal". Hasta tal punto carecía de sentido que provocó en el Servicio de Protección de Menores "una auténtica conmoción". Sus funcionarios, según la sentencia, "se negaron a contestar tan descabaladas exigencias".

Fue entonces cuando Ferrín Calamita decidió cuestionar la ley del matrimonio homosexual ante el Constitucional. Lo hizo, según los magistrados "en el convencimiento de que, de anularse ésta, desaparecerían sus consecuencias depravadas, entre otras, la posibilidad de adoptar por personas del mismo sexo". Con ello consiguió "paralizar por largo tiempo la adopción con olvido de que su deber era dictar resolución de una vez".

Mediante un comunicado leído por un portavoz, Ferrín anunció ayer que recurrirá el fallo ante el Supremo, el Constitucional y, si es preciso, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. "La politización de la Justicia es evidente por más que algunos políticos la nieguen", añadió. "Se me ha hecho víctima de un proceso inquisitorial alegando que mis actuaciones son guiadas por principios religiosos", proseguía. "Hoy es un día triste para el Estado de derecho y para los miles de personas que me apoyan", concluyó.

El abogado del matrimonio formado por Susana Meseguer y Vanesa de las Heras, José Luis Mazón, se convirtió ayer en un improvisado portavoz de las mujeres: "Están contentísimas", afirmó. "Aunque ellas ya habían normalizado su vida porque el juez que sustituyó a Ferrín les dio la adopción de la niña, ya no luchaban sólo por su hija. Lo hacían por su igualdad como ciudadanas y sujetos de derecho", dijo el abogado. Mazón aseguró que la condena implica que Calamita "no puede volver a la carrera judicial". "Aunque sea sólo de dos años, y nosotros pedíamos 18, como el fiscal, los años son lo de menos. Lo que importa es que no tiene derecho a rehabilitación", dijo. "Si hay un juez en Zamora o en Cáceres que quiere hacer lo mismo se le va a quitar de la cabeza", concluyó.