La violencia entre homosexuales

Al final han tenido que ser los propios homosexuales quienes hayan hecho emerger un hecho bien conocido por los estudios en diversos países, pero radicalmente silenciado en el nuestro por la dictadura de lo políticamente correcto. Los colectivos homosexuales se han decidido al final a solicitar que se incorpore una protección parecida a la que tiene la mujer en la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género para las relaciones entre parejas homosexuales.

El problema es obvio, cuando hay dos hombres o dos mujeres es imposible aplicar la tesis -de dudosa constitucionalidad- que determina que el hombre siempre estará más penado que la mujer, aunque la falta o el delito sean idénticos.

Es un hecho conocido, y hay diversos estudios en este sentido, que la relación homosexual entraña una mayor violencia física. Esta afirmación algunos podrían interpretarla como una criminalización. Nada más lejos de la realidad. Se trata por un lado de un hecho estadístico y, por otro, la consecuencia de un dato previo: las parejas homosexuales, sobre todo las masculinas, son también muchísimo más inestables que las constituidas por un hombre y una mujer. Es decir, abundan más los procesos de ruptura, y es una correlación bien conocida que la ruptura ligada al conflicto es generadora de violencia en las relaciones de pareja. Algo parecido sucede en las parejas de hecho formadas por un hombre y una mujer, que presentan una prevalencia muchísimo mas alta que el matrimonio.

Esta es la explicación de fondo del por qué este tipo de relación de pareja entraña mucho más riesgo.

Lo curioso o preocupante, depende la perspectiva de cada cual, es el silencio que los medios de comunicación y los políticos españoles han mantenido ante este tema. Existe tal consigna de presentar lo homosexual como el corolario de la excelencia vital que cualquier hecho que contradiga este dogma es ocultado sistemáticamente, y no contentos con ello, cuando el dato es formulado por alguien automáticamente le cae encima la acusación de homofobia. Afortunadamente en este caso son los propios grupos de presión del lobby político homosexual quienes han levantado la liebre, que no es ni mucho menos la única.

Hay datos más que sobrados que ponen de relieve, además de la ya apuntada mayor violencia e inestabilidad en las relaciones, una mayor prevalencia de enfermedades y desequilibrios psicológicos, menor esperanza de vida y mayor propensión al consumo de drogas. Estos datos pueden ser justificados en términos muy distintos. Para unos son consecuencia de la presión adversa que la sociedad ejerce sobre los homosexuales, para otros es simplemente la constatación de un determinado estilo de vida propio que en sus aspectos más espectaculares se manifiesta en la cabalgata del día del orgullo gay, que da lugar a un tipo de escenografía que ningún otro grupo humano se atrevería a mostrar. Sea cual fuere la explicación el hecho puro y duro son los resultados indicados.

Todo esto guarda relación con diversas cuestiones. Señalemos ahora una de las más importantes: es una injusticia brutal que todos estos factores se hayan ignorado a la hora de legislar sobre la adopción por parte de parejas homosexuales, dándoles un tratamiento que no se corresponde con la realidad de los datos, y en perjurio del que en teoría debía ser preservado y era el único portador de derechos: el niño.

Fuente: http://www.forumlibertas.com