Comunidad gay de Brasil furiosa por demora de pesquisa sobre asesino serial

AO PAULO (AFP) — La comunidad gay de Brasil está furiosa por la lentitud de la investigación policial sobre un presunto asesino serial de hombres homosexuales, después de 13 víctimas en un año.
Los asesinatos, cometidos por quien los investigadores denominaron "Maníaco del Arcoiris", recién fueron vinculados entre sí este mes por el nuevo jefe de policía de Carapicuiba, un suburbio del oeste de Sao Paulo, Paulo Fortunato.
Hasta entonces, los asesinatos ocurridos en la noche entre julio de 2007 y agosto de este año en el districto de Paturis Park, un conocido lugar de contacto de hombres homosexuales, fueron tratados como casos no vinculados entre sí, a pesar de que todos ellos parecían estarlo.
Todas las víctimas eran hombres, de entre 20 y 50 años. Todos excepto uno fueron baleados en la cabeza. La mayoría fueron hallados desnudos.
Los crímenes conmocionaron a la comunidad homosexual de Brasil, la más grande y más activa de América Latina. Sao Paulo organiza anualmente un desfile del orgullo gay considerado el mayor del mundo --unas 3,4 millones de personas participaron el pasado mayo.
Al asesino "no le gusta la comunidad gay, ésa es la principal razón de este tipo de asesinatos. Y trata de tener sexo con ellos, y cuando tiene a la víctima bajo su poder, la mata de un balazo en la cabeza", dijo Fortunato en entrevista con la AFP.
A pocos días de constituir un grupo de trabajo de 15 detectives para rastrear al asesino serial, la policía arrestó la semana pasada al principal sospechoso: un ex policía dueño de un arma del mismo calibre que la usada en los asesinatos.
El presunto asesino, Jairo Francisco Franco, de 46 años, fue identificado además como responsable del último crimen por un testigo ocular contactado por los detectives.
Al ex oficial de policía, convertido en guardia de seguridad de un supermercado, "le gusta matar", dijo Fortunato, y señaló que Franco le disparó a siete personas cuando estaba en el servicio policial, presumiblemente por resistirse a un arresto.
Franco también está acusado de matar a un travesti que lo acompañó a un hotel en un suburbio vecino en octubre de este año.
De ser condenado por asesinato, Franco enfrenta hasta 30 años en prisión.
La Asociación del Desfile del Orgullo Gay tomó nota del arresto, pero criticó el tiempo que llevó concretarlo.
"Esto me frustra", indicó el vicepresidente del grupo, Murilo Moura Sarno.
"Tuvimos que esperar a que 13 personas perdieran su vida para que hubiera una investigación. No tiene sentido. No hay justificación", dijo.
Moura Sarno atribuyó la lentitud de la policía a la renuencia general de la sociedad brasileña a aceptar a los homosexuales, un vestigio, dijo, de la todavía influyente Iglesia Católica.
"Brasil es un país en transición. Todavía tiene muchos hábitos conservadores y costumbres de carácter homofóbico o prejuicioso", dijo.
Los homosexuales acomodados, agregó, se protegieron poniendo rejas en los barrios de más poder adquisitivo. En áreas más pobres, el riego es mayor.
Según estadísticas de 2006, recopiladas por la asociación y aceptadas por el gobierno de Brasil, 59% de los homosexuales en el país ha sido víctima de ataques verbales o físicos.
"Tú puedes correr peligro de muerte porque hay áreas que son realmente peligrosas si muestras que eres homosexual", dijo Rudolfo, un joven gay de 16 años quien sólo quiso dar su primer nombre, en un bar para homosexuales en el centro de Sao Paulo.
"Hay skinheads. Yo ya tuve que escaparme de uno que quiso matarme, tuve que correr como loca", dijo una lesbiana de 20 años, Aline de Assis.
La asociación del orgullo gay presiona desde hace tres años para que la discriminación homofóbica sea considerada un delito, con la esperanza de que, eventualmente, los homosexuales en Brasil gocen de las mismas libertades y protección que sus pares en Europa.
Por ahora, sin embargo, se preocupa por correr la voz: tengan cuidado.

Fuente: AFP google