Un Gay convertido en mártir

Se estrenó en Estados Unidos 'Milk', la película sobre la vida y el asesinato de un hombre que marcó un hito en la reivindicación de los derechos de los homosexuales.



Hace 30 años, el 27 de noviembre de 1978, Harvey Milk pagó cara su osadía de declararse el primer funcionario abiertamente homosexual. Dan White, un político resentido que se había enfrentado al brillante concejal gay del Distrito 5 de San Francisco, le disparó cinco veces, dos de ellas directamente al cerebro, luego de asesinar también al alcalde de San Francisco, George Moscone. White había entrado con un arma y una provisión de balas luego de saltar por una ventana y romper con la seguridad del City Hall de la ciudad californiana, y eligió a sus dos víctimas sin dudarlo. El país se conmocionó. Pero no siempre a favor de Milk.

De hecho, el acto dividió a la sociedad y provocó dos reacciones opuestas cuyas consecuencias todavía hoy se sienten: cerca de 40.000 personas salieron a la calle a protestar y repudiaron el hecho, pero al mismo tiempo la Policía de la ciudad apoyó a White, usó camisetas en las cuales pedían su liberación, y el jurado, compuesto por ciudadanos blancos y cristianos del común, sólo se atrevió a sentenciarlo a siete años de prisión, de los cuales terminó pagando cinco.

A pesar de que California es uno de los estados más liberales de Estados Unidos, la lucha de Harvey Milk parece todavía no terminar. El pasado 4 de noviembre fue aprobada la Proposición 8, que permite el matrimonio civil sólo a las parejas de sexos opuestos y les niega la posibilidad a las del mismo sexo. Curiosamente, los latinos, con el 61 por ciento de apoyo a esta proposición, presentada por grupos católicos y votantes republicanos, fueron los más conservadores.

Pero como un fantasma, Milk emerge de nuevo para validar la búsqueda de la igualdad y darle, 30 años después, un nuevo impulso a la diferencia. El viernes se estrenó en Estados Unidos la cinta dirigida por Gus van Sant e interpretada por Sean Penn que narra la vida del primer representante que decidió salir del clóset y revelar su condición homosexual para enfrentarse al conservadurismo estadounidense de entonces. Las críticas favorables, la sensación de cambio por el triunfo de Barack Obama y una campaña intensa a favor de la candidatura al Oscar de Sean Penn acompañan ya esta cinta que fue estrenada en el barrio Castro, de San Francisco, conocido por su ambiente homosexual, donde Harvey Milk tuvo a la mayoría de sus seguidores.

Adiós a la normalidad

Nadie pareció prever el camino que tomaría la vida de Harvey Milk. Nacido en Long Island el 22 de mayo de 1930, formado en el seno de una familia judía conservadora, el joven creció bajo el amparo de un hogar que había emigrado de Europa oriental y que seguía con celo las enseñanzas de su religión. Harvey jugó fútbol americano en su infancia. Fue objeto de burlas por sus orejas grandes, pero se sobrepuso a ellas con su buen humor, se enroló luego en la Marina durante la Guerra de Corea y fue oficial de submarinos y luego teniente. Graduado en matemáticas, trabajó como vendedor de seguros y luego como consultor en Wall Street. Desde su adolescencia tenía claro que era homosexual. Ya adulto, sostuvo relaciones apasionadas ocultas. Esos encuentros clandestinos se dieron varias veces más en su vida, hasta cuando el mundo cambió para él con la llegada de la contracultura de finales de los años 60.

La sensación de libertad del momento fue decisiva para que abandonara su trabajo, decidiera dejarse el pelo largo y renunciara a los trabajos si le pedían cortárselo. Y para que se enamorara de Scott Smith, con quien decidió mudarse a San Francisco, el único lugar en el que sentían que había aceptación para los gays. Milk montó, en el barrio Castro, un negocio de venta de cámaras y aceptó en público su condición. Su llegada no pasó inadvertida en el barrio. Eran tales su entusiasmo y su carisma, y tan fuerte la rabia con la que quería oponerse a las leyes que negaban sus derechos, que decidió involucrarse en política y consiguió el apoyo de la comunidad. "Llegué al punto en el que sabía que tenía que involucrarme o callar", confesó entonces.

El profesor Peter Novak, decano adjunto de artes y humanidades de la Universidad de San Francisco, quien participó en la cinta como extra, explicó a SEMANA que la importancia de Milk nació cuando decidió involucrarse políticamente. "La revista 'Time' eligió a Harvey Milk como uno de los héroes del siglo XX dada la importancia política de 'salir del clóset' o revelarse a su comunidad como una persona homosexual. Este acto cambió las relaciones y las dinámicas de poder. Harvey reconoció que la única manera por la cual gays y lesbianas ganarían la aceptación de sus comunidades sería a través de vivir sus vidas de manera abierta, sin sentir vergüenza o miedo".

Milk canalizó la rabia de las comunidades, añade Novak, para convertirla en un cambio social. Su mayor causa inicial fue luchar contra la Proposición 6, una norma similar a la que se acaba de aprobar en California, que en ese entonces quería impedir que los homosexuales enseñaran en las escuelas públicas. Esa vez, Milk triunfó y Novak se lo agradece. "Vivo abiertamente como gay y trabajo en una universidad católica en el centro de San Francisco. Harvey me enseñó a vivir sin vergüenzas, con orgullo y con la claridad de que una vida como la suya continúa cambiando al mundo".

Elegido con el 30 por ciento de ventaja sobre sus contendores, Milk formó parte de los cinco representantes de su distrito y tras posesionarse firmó las ordenanzas de prohibir la discriminación sexual y de obligar a los ciudadanos a recoger los excrementos de sus perros. Todos los elegidos formaban parte de minorías (chino, negra, madre soltera y gay), salvo Dan White, ex policía y bombero, que chocó con todos los demás. Pero el odio de White llegó a un límite insoportable el día en que Harvey dijo, en un discurso: "Cuando se den cuenta de que somos sus hijos, de que estamos en todas partes, todas las mentiras y los mitos se acabarán por siempre", refiriéndose a la necesidad de que los gays salieran del clóset. White renunció a su cargo ese día y sólo reapareció para cobrarse la vida de Milk, que por ese entonces tenía 48 años.

Treinta años después, su legado recobra importancia. En Nueva York, una escuela secundaria fue rebautizada con el nombre del activista. "Fue un individuo decidido a asegurarle los derechos de cada uno, sin importar raza, religión, género u orientación sexual. Creyó que todos, especialmente los niños, merecían vivir en un mundo libre de acoso y victimización. El Instituto Hetrick-Martin fundó esta escuela secundaria con su nombre, como un testamento a su visión y determinación de alcanzar la igualdad", dijo a SEMANA Thomas Krever, director ejecutivo del Instituto.

De alguna manera, el brillante funcionario ya había calculado su desenlace fatal y el impacto de su legado. En una grabación que preparó antes de su trágica muerte, dijo: "Si una bala entrara a mi cerebro, espero que destruya las puertas de todos los clósets".

Fuente: http://www.semana.com